En el pasado, a los pacientes sometidos a tratamiento contra el cáncer se les recomendaba descansar y reducir la actividad física. Sin embargo, en los últimos diez años, todo ha cambiado: los estudios han demostrado que el ejercicio físico ayuda en la terapia porque reduce los efectos del tratamiento, fortalece el cuerpo y, sobre todo, ayuda a la salud mental del paciente.

El profesor Rafael Deminice (Departamento de Educación Física), está en la UEL desde 2021, cuando comenzó a desarrollar una investigación sobre la práctica de ejercicio físico en animales de laboratorio con cáncer. Al inicio, el objetivo era crear protocolos que pudieran ofrecer actividades seguras a los pacientes: qué ejercicios realizar, con qué intensidad, etc. El estudio tuvo éxito y generó beneficios como el aumento de la fuerza muscular, mejores marcadores de la enfermedad e incluso un desarrollo más lento de los tumores.

Las investigaciones en humanos comenzaron hace unos cinco años, en paralelo a las
realizadas en animales con cáncer de colon. Se estableció una colaboración con el Hospital del Cáncer de Londrina (HCL) y, actualmente, más de 60 personas son atendidas por el proyecto, de las cuales cerca de un tercio siguen en tratamiento contra el cáncer, lo que significa que aún sufren efectos como fatiga, cambios de peso, ansiedad y depresión. El proyecto actual, “Correndo contra o câncer” (Corriendo contra el cáncer), data de 2022, y el profesor recibe una beca de productividad en investigación del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) desde 2015.

Ejercicios multimodales

Los participantes del proyecto son de Londrina y ciudades cercanas, de diversas edades y tipos de cáncer, y no pagan nada por participar. Las actividades prescritas son supervisadas y evaluadas en todo momento. Hay tres grupos, cada uno con una hora de duración: lunes y miércoles (a las 7h), martes y jueves (a las 9h) y martes y jueves (a las 18h). Los ejercicios son multimodales, es decir, abarcan diferentes capacidades físicas y objetivos: fuerza, flexibilidad, coordinación motriz y capacidad cardiovascular.

El profesor Rafael señala que los pacientes pueden llevar un acompañante, lo que supone un factor positivo adicional para el paciente. Tanto es así que, según el coordinador, los beneficios en términos de salud mental son notables. Ya se han registrado algunos abandonos, pero por razones diversas. El investigador ha evidenciado que las ausencias aumentan durante las semanas de tratamiento.

Como proyecto de extensión, sus actividades van más allá de la atención al paciente. Debido a la demanda de personas e instituciones externas, el proyecto ha desarrollado un sitio web y perfiles en Instagram y Facebook. De acuerdo con el profesor, el sitio web produce contenidos para quienes no pueden participar del proyecto, con artículos, clases, conferencias y otros materiales, ya sea para un paciente, un investigador o cualquier persona que haya oído hablar del proyecto. También se ha creado una red que presenta, entre otros temas, un mapeo de servicios similares en el país. Rafael señala que la mayoría de los proyectos en el país se centran en el rendimiento físico, por lo que el proyecto de la UEL se destaca.

Otra característica de extensión universitaria que se observa en el proyecto es el fomento de la práctica de actividad física. Esto se evidencia en los recursos obtenidos a través de la Lei Estadual de Incentivo ao Esporte (Pr\o/esporte), financiados por la Companhia Paranaense de Energia (Copel), los cuales se utilizan para pagos y adquisición de materiales. A cambio, la participación en la convocatoria requiere la provisión de formación e informaciones como parte de la ejecución del proyecto, el que se ha inscrito nuevamente para dar continuidad en 2024.

Los avances

El proyecto ha seguido el ritmo de los avances mundiales en este campo. Rafael cuenta que, en torno a 2020, la Sociedad Brasileña de Oncología Clínica y la Sociedad Brasileña de Actividad Física y Salud, con la participación del Instituto Nacional del Cáncer (vinculado al Ministerio de Salud), publicaron un Documento Nacional sobre los beneficios de la actividad física para los pacientes sobrevivientes de cáncer. Rafael participó en su elaboración. Este año se publicará el segundo volumen, que incluirá resultados sobre la actividad física durante el tratamiento. La Sociedad Americana de Oncología Clínica, una referencia mundial, también ha publicado una Guía sobre el ejercicio como parte del tratamiento del cáncer.

El proyecto actualmente cuenta con la participación de cinco estudiantes de maestría y doctorado que llevan a cabo investigaciones tanto con animales como con seres humanos, además de tres estudiantes de pregrado (Iniciación Científica). Como novedad, este año se incorporará un estudiante del programa de Nutrición de la UEL. La difusión del proyecto ya ha sido reconocida con varios premios en eventos científicos de diversos ámbitos, como Educación Física, Medicina, Nutrición, Biología y Deporte.

En un proyecto paralelo, en colaboración con el Hospital del Cáncer de Londrina (HCL), se están desarrollando artículos científicos. El HCL también organiza una carrera en octubre, mes dedicado a las acciones de prevención de la enfermedad. De hecho, Rafael afirma: «Varios pacientes y expacientes del proyecto ya han participado en carreras y, dadas las circunstancias, lo han hecho muy bien». Según el coordinador del proyecto, ellos están orgullosos de correr, de participar y de haberse curado.

Versão em espanhol: Gabriel Amancio de Oliveira. Revisão: Jacicarla Souza da Silva. Programa Paraná Fala Espanhol (PFE-UEL).

Matéria originalmente publicada em português na edição nº 1422 do Jornal Notícia: Corrida pela saúde.