[ES] Investigadores analizan mercado de trabajo para poblaciones vulnerables de Brasil

[ES] Investigadores analizan mercado de trabajo para poblaciones vulnerables de Brasil

Un estudio realizado por profesores y estudiantes de la UEL examina índices de la formalidad, informalidad y subocupación de trabajo.

Los índices de desempleo en Brasil presentaron un aumento en las dos últimas décadas, según los principales indicadores. Igualmente impulsados por las crisis económicas (2008 y 2014, por ejemplo), se hizo evidente el incremento de la  subocupación y de la informalidad, además de una considerable reducción de los vínculos formales de trabajo, especialmente entre la población considerada vulnerable (mujeres, negros y jóvenes).  Esos y otros índices todavía varían, de acuerdo con las cinco regiones del país analizadas: Norte, Nordeste, Centro Oeste, Sureste y Sur.

Tales datos hacen parte de los resultados del proyecto de investigación “Mercado de trabalho para grupos vulneráveis: (des)emprego, formas de inserção e assimetrias dos rendimentos no Brasil e regiões” [Mercado de trabajo para grupos vulnerables: (des)empleo, formas de inclusión y asimetrías de las remuneraciones en Brasil y regiones], coordinado por la profesora Katy Maia, del Departamento de Economía. El proyecto en curso desde hace 2020 cuenta con la participación de profesores y estudiantes, vinculados a las áreas de conocimiento de la dicha investigación,  y analiza asimetrías entre las cinco grandes regiones brasileñas, considerando las informaciones relativas a  raza, género y edad de la población empleada y desempleada, con el objetivo de recopilar las principales características por región. 

Analizar desempleo, empleo, subocupación e informalidad en un país como Brasil, siempre ha sido una ardua tarea: el país siempre ha registrado altos niveles de informalidad, con porcentajes que exceden, en algunos momentos históricos, a los 40% de la población económicamente activa. Asimismo, son descomunales  las desigualdades entre públicos específicos: hombres y mujeres blancos – ellos más que ellas – logran mejores puestos de trabajo y tienen salarios más altos que los hombres no blancos y mujeres no blancas, resultado de la discriminación de género y de racismo. Todavía hay que tener en cuenta las discrepancias regionales, con resultados cambiantes en  las cinco macrorregiones.  

Parte significativa de la población brasileña vive en la informalidad: más del 40%, según los principales indicadores. (Foto: Outras Palavras)

“Uberización” y desempleo

Los bajos índices de empleo formal, los altos índices de desempleo y las disparidades entre públicos específicos (los vulnerables) siempre han sido la clave del mercado brasileño, según explica la profesora: “Desde la entrada de la mujer (en el mercado laboral), que se dió, en un primer momento, con las dos guerras mundiales, ellas ya ganaban menos por las mismas funciones (desempeñadas por hombres). Enseguida, con los métodos contraceptivos, en los años 70, el ingreso se puso de relieve, sin embargo, las disparidades siguen hasta hoy”, afirma la investigadora. 

Tras los sistemas de producción en cadena como el Fordismo, el Taylorismo y el Toyotismo, seguidos por la falta de regulación neoliberal, a partir de la década de 1970, el mercado laboral cambió significativamente. Actualmente, de acuerdo con Katy, esa falta de regulación se demuestra claramente en el reciente concepto de “uberización”. “Es un relajamiento en el cumplimiento de las normas y regulaciones que rigen el trabajo, con empresas que no se responsabilizan y no reconocen a los trabajadores tales como son. Los trabajadores mismos son responsables por todos los gastos laborales, sin los derechos sociales garantizados por las legislaciones anteriores”, observa la profesora.

Asimismo, los índices de desempleo, sea de ocupaciones formales o informales, crecieron en las últimas dos décadas, impulsados por las sucesivas crisis. “Antes de la pandemia, ya registrábamos alza en el desempleo. Con la pandemia, eso explotó”, comenta Katy, recordando que, en 2010, Brasil disfrutaba de altos indicadores de empleo (menos de 5% de desocupación entre la población económicamente activa). Actualmente, en Brasil, la tasa de paro está en el 12%. 

Los resultados aún cambian de acuerdo con las categorías de desempleo. El índice de 12% corresponde al promedio del país, se trata, por lo tanto, de una ilusión: los grupos vulnerables presentados en la investigación son los que tienen la peor situación de empleabilidad, mientras los más privilegiados (hombres y mujeres blancos) permanecen con indicadores más altos de empleabilidad formal. Las altas tasas de desempleo figuran, asimismo, entre hombres y mujeres no blancos. El desempleo abierto u oculto, tanto por el desaliento (persona que no busca empleo por al menos un año) como por el trabajo precario, también es lo más representativo en los grupos vulnerables. Se nota, por lo tanto, para contener esos crecientes índices, la falta de políticas públicas efectivas como las de compensación financiera, construcción de guarderías, entre otras.

Descenso de los empleos formales

Los trabajadores contratados bajo los principios de las antiguas legislaciones laborales dan señales claras de que corresponden a la última generación que disfrutará de dichas leyes y normas. Según demuestra la investigación coordinada por Maia, en las últimas dos décadas hubo una disminución significativa de empleos formales (registros laborales con aporte al sistema de seguridad social), así como se observó un aumento de las actividades informales y de la subocupación. Cabe mencionar que un trabajador subocupado es aquel que necesita trabajar más horas, ya que no logra una jornada completa. Por ello, tiene diversos trabajos con pocas horas de dedicación y, muchas veces, insuficientes para cubrir los gastos familiares.

Los altos índices de desempleo, informalidad y subocupación entre las poblaciones vulnerables también provocan un “efecto cascada”. Como la precariedad ya afecta a los padres o madres cabezas de hogar, responsables por contribuir con la renta familiar, la necesidad obliga a los demás moradores de la casa que también busquen por empleo. “Cuando el padre pierde su trabajo o tiene su jornada reducida, la esposa, que antes no trabajaba, pasa a trabajar, igualmente pasa a los hijos”. La entrada de estas personas al mercado laboral, en la mayoría de los casos, es informal y eso profundiza las desigualdades entre las personas, ya que ingresan al mercado de manera desigual. 

Asimetrías regionales

En los últimos años, según el proyecto de investigación, las asimetrías regionales también han cambiado, con énfasis en la reducción de la desigualdad salarial en la mayoría de las regiones. Solamente en Centro Oeste ha habido un aumento en la discriminación salarial por género y raza; en otras regiones, la disparidad salarial entre hombres y mujeres blancos y hombres y mujeres no blancos se ha reducido, aunque las desigualdes se hacen presentes.

La investigación también mostró que en las regiones más pobres las discriminaciones por género y, especialmente, por raza o color, es menor, como en el Nordeste de Brasil, por ejemplo. “Creo que hay una relación con la homogeneización de la población de la región, ya que la mayoría de los habitantes es negra. En las regiones Sur y Sudeste, por ejemplo, esos índices son más altos debido al racismo”, señala Katy Maia. Las mujeres, aunque, de forma general, tienen mejor formación que los hombres, aun así, reciben sueldos más bajos. Es lo que pasa, en especial, a mujeres blancas, que disfrutan un capital humano más alto (conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que favorecen el desempeño laboral), sin embargo, reciben menos que los hombres, afirma Katy.

El estudio contribuyó para la realización de diversos trabajos académicos, como monografías, tesinas y tesis doctorales, algunos ya finalizados y otros que todavía siguen en curso. El proyecto cuenta con la producción de 20 artículos, 10 monografías y una tesina, aparte de otros estudios en proceso de elaboración. Además de la profesora Katy Maia, integran el grupo de investigación los profesores Magno Rogério Gomes y Solange Inforzato de Souza, como también siete estudiantes de grado y dos de posgrado.

Tradução: Bruno Miguel Cardoso Pinheiro. Revisão: Jacicarla Souza da Silva/ Programa Paraná Fala Espanhol.

Versão em Português: Pesquisadores analisam mercado de trabalho para populações vulneráveis do Brasil

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